7 de enero de 2016

El velocista

Corro como el viento para no dejar rastro de mis huellas. Sólo con el tiempo se sabrá que pasé por aquí. Sólo cuando los ecos de mis inauditas pisadas se sientan quebrar lo que se creía inquebrantable.

Corro, porque corriendo me siento volar, alto, muy alto. No para huir sino para ver las cosas desde otra perspectiva.

Corro como corren estos dedos en escribir estas letras que se tornan palabras para luego ser frases, a veces incoherentes y otras rotundas.

Mis dedos también son viento. Nadie sabrán que pasaron por aquí.

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