30 de noviembre de 2010

Miseria

Miradlos, miradlos a todos. De uno en uno: miradlos. Tan miserables y desdichados. Tan vacíos que necesitan de banalidades para encontrar una razón para sonreír. Miradlos y luego decidme que no están perdidos. Que no los ha abandonado dios. Miradlos y decidme que no están solos, que son fuertes, que son mejores personas que nunca. Miradlos y decidme si al mirarles a los ojos sentís orgullo... Miradlos: sin esencia, huecos, bestias con razón y ya sin alma.  Miradlos tan miserables que su sonrisa ya no es el reflejo de su inocencia.
Realmente: miradnos.

24 de noviembre de 2010

Mujeres Insumisas 2010

Las Mujeres de la Revolución Mexicana
Este es uno de esos proyectos en los que participo de forma altruista, desde hace ya 3 ediciones. Este año la película que abre el Ciclo de Cine: Mujeres Insumisas 2010 es "Las Mujeres de la Revolución Mexicana", de Ana Cruz Navarro. Y tras el ver la película, que realmente es un documental bastante aburrido, de esos que no te permiten llegar a una conclusión del contenido, "pudimos" llegar a una ilustración a mi criterio pobre, primero porque no me estaba permitido realizar una ilustración crítica por ser un estreno y no condicionar a los invitados al evento, segundo porque no había por donde tirarle (es como videolibro de historia), tercero y le pongo como un plus quizá porque mi mente estaba pensando en mi viaje a las Españas, próximamente, y por ello menos concentrado en el proyecto.
De todas maneras, tampoco quedó horrendo y me gustaría que la juzgaran una vez hayan visto el documental, no es por excusarme pero sí, je.


Una oportunidad para ver el documental es hoy a las 19 horas en la Casa del Lago de Chapultepec que será la sede de la inauguración. El acceso es libre y después de la película habrá un pequeño cóctel.


Prometo volver pronto con mejores ilustraciones que últimamente no han abundado, mis razones he tenido y seréis recompensados.

15 de noviembre de 2010

Lector infiel: Prefacio

 

Últimamente no leo... De hecho, no leo prácticamente desde que llegué a la gran Tenochtitlán. No es que no me apetezca, que sí, pero yo no soy un lector casero, me gusta leer fuera, en el metro, en un café, en sitios que no tengan que ver con la rutina, que es mi casa (lo malo de ser freelance). Y hace un tiempo que vi un anuncio de "Página 2" (el programa) y me gustó, hasta me identifiqué cuando dice: "Tú infiel lector...".
Por que en el fondo sé que es verdad.

En fin, yo creo que realmente por eso este blog ha mermado en textos, no se puede escribir si no se lee. Es como lo que leí una vez en una mezcalería mientras estaba en el mingitorio con el cuento en la mano: 
"El que va a mear y no se pee, es como el que escribe y no lee".

7 de noviembre de 2010

La hora muerta

Tanto tiempo esperando, esperando a que el hombre se equivocara... Y por fin lo hizo. Durante siglos observó en las sombras, observó cómo la torpeza humana cometía minúsculos errores, tan pequeños que sólo los milenios podían percatarse de ellos. Así fue como nadie se percató de nada. La noche había llegado, estaba a punto de poderse ir, dejar este mundo de una vez por todas. La hora de poner fin a su maldición. Con el paso del tiempo y la torpeza matemática del hombre, provocó en el tiempo un desfase en el calendario gregoriano de dos días, segundos y milésimas de segundos recopilados como granos de arena en un gran reloj. Con ello podría abrir el portal sin dejar pruebas de ello y así su maldición se rompería.

Aquel día, aquel gran día, en que se enfrentaron los dos grandes brujos de las razas más poderosas de mesoamérica. Había estallado la guerra y ambos pueblos se mataban, no importaba cómo ni con qué justicia, sólo se mataban. 
Sin embargo y a diferencia con el resto de sus pueblos, los dos grandes chamanes empezaron su duelo al alba, la contienda, de dimensiones épicas, se desató. Fue cuando la guerra se detuvo, para alentar a los hechiceros. Invocaciones, conjuros en lenguas de los dioses y semidioses, pociones y brebajes, sacrificios... sacrificios humanos. Ahí empezó todo.
El gran chamán yacía en el suelo, agotado. Se enderezó expulsando unas palabras susurrantes y acto seguido golpeó con su orgánica vara el piso. Un chillido desde la otra punta del lugar rompió la atención del mundo. Una mujer levitó por encima de todos hasta que quedó expuesta frente al chamán. Tenía que comerse el corazón de una mujer pura para poder seguir en la batalla, sino era el fin. El brujo la apuñaló y empezó a morder y a beber la sangre de su corazón. Lanzó con magia furiosa el cuerpo de la joven y prosiguió su enfrentamiento.
Fue un joven guerrero quien la recogió dejando su lanza en el suelo. Su prometido.  Recogió la lanza y con lágrimas en sus ojos saltó sobre el hechicero asestando su lanza en su estómago. El silencio se hizo. La guerra había terminado. Y el insulto a los dioses debía ser castigado. Los dos brujos, uno agonizando maldijo su alma a no volver a reencarnarse, el otro lo vetó a cruzar el portal de los muertos. Y así fue el fin de la gran guerra y el principio de su maldición.

Pero con el tiempo y la total soledad de la nada descubrió la forma de romper con la maldición, de cruzar el portal de los muertos. Los humanos, cuyos guardianes eran quienes ignorantes le impedían cruzarlo, habían modificado tantas veces el eje del tiempo con sus erráticas alteraciones anuales que el día uno de noviembre, día en que los muertos abrían el portal se encontraba desplazado dos días con respecto a los calendarios, poco hubiera servido eso si no fuese porque ese mismo día se producía una alteración temporal programada. La hora muerta, donde lo que se haga en ella desaparece de los registros del nexus.

No tenía cuerpo ni nada que se le pareciera, pero se sentía nervioso. Estaba donde se encontraba enterrados los restos de su cuerpo putrefacto que no resistió el envite de la maldición. Se arrodilló frente a su lecho de muerto, y a cinco minutos de que la hora muerta terminara empezó a implorar el paso a los muertos. El suelo empezó a sacudirse, hasta que se abrió. Cayó, cayó muy profundo, hasta encontrarse de cara con su putrefacción. Seguía implorando a los muertos. Poco a poco, las paredes de tierra se iban cerrando hasta que, finalmente, fue engullido. Lo había logrado. Había cruzado el umbral.

Tras el último segundo de la hora muerta, un invisible velo del tiempo se desprendió de la tierra borrando la historia y llevándose consigo las evidencias de lo que no fue.

3 de noviembre de 2010

Dame Calaca

Dame Calaca
Anoche tuve un insomnio extraño, además oía ruidos que por mucho que intentara averiguar de dónde procedían no los encontré... Tampoco tenía ganas de trabajar, aquí en México el 1 y 2 de Noviembre son festivos, los muertos nos visitan. Quizá y era eso, quizá eran los muertos que me susurraban. ¿El qué? No lo sé, tal vez que me vuelva a donde pertenezco o quizá que no me vaya aún, no tengo idea no lo entendía. En fin, que en mi nocturna soledad pensé en que el día 1 de Noviembre es cuando regresan los niños perdidos, esperando ser recibidos con juguetes y dulces. Además también pensé en los niños, los que aún son nuestros, que tienen la costumbre en estos días en pedir calacas de azúcar (la versión mexicana del "truco o trato" pero en modo algo más imperativo). Por lo que, dada mi falta de actitud a trabajar, decidí en hacer algo que tuviera que ver con lo que me estaba pasando. Así que hice una ilustracioncilla, tal vez no es la mejor de las que he hecho, me da igual, no era esa la intención. Pero sentí y luego pensé por un momento en la posibilidad de que hubieran niños que vinieran sin tener quien los reciba... ¿A esos quienes les dan su calaca de azúcar? Me imaginé, entonces, que aquellos susurros eran de todos esos niños que no tienen quien les recibiera demandando sus calaveras de azúcar...